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UNIVERSIDAD POPULAR

Surge a principios del 2019 como una iniciativa del Movimiento Somos – Barrios de Pie para el fortalecimiento de la organización comunitaria y el desarrollo de la Economía Popular. Formando y capacitando a militantes territoriales en diversas áreas temáticas, enriqueciendo sus experiencias, promoviendo liderazgos populares; transformando las violencias en políticas de cuidado; construyendo conocimiento situado, riguroso científica y epistemológicamente, para visibilizar las problemáticas de los barrios más vulnerables y construir alternativas de transformación social.

Todo ello a partir de tres grandes ejes estrechamente interrelacionados: formación y capacitación; investigación y producción de conocimiento; iniciativas de militancia territorial para la transformación social.

La Universidad Popular Barrios de Pie propone un modo de construcción de conocimiento que surge de los barrios para mejorar la vida en los barrios y para mejorar, enriquecer, potenciar y fomentar la organización popular, como criterio metodológico, político e ideológico. La propuesta político pedagógica se construye en la confluencia de tres perspectivas: la Educación Popular y el desarrollo de las pedagogías críticas; las teorías decoloniales y la Epistemología del Sur; el Feminismo Popular. 

Promueve un espacio de militancia popular en la articulación entre la formación y la construcción de conocimiento, entre la teorización y la transformación de las realidades e injusticias sociales que viven los sectores populares.

En este sentido, el saber popular tiene un papel fundamental porque es el pilar de la transformación. Esos saberes construidos en la práctica misma, en los cuidados comunitarios, en la vida en los barrios, son el punto de partida y el punto de llegada en nuestra praxis político pedagógica

EL MOVIMIENTO SOMOS-BARRIOS DE PIE

El movimiento Barrios de Pie surge al calor de la crisis económica, política y social de fines de los 90 y principios de los años 2000. Con el objetivo de nuclear y visibilizar los reclamos de les trabajadores desocupades y de los sectores más humildes de Argentina, organizó miles de comedores populares
y merenderos en los barrios más vulnerables. Así mismo, con la visión de que las condiciones de pobreza conllevan múltiples vulnerabilidades, el movimiento extendió el desarrollo de áreas temáticas como educación y salud, con la misión de abordar las situaciones de exclusión social con iniciativas de capacitación e intervención territorial.

 

La sistematización de estas experiencias fue una estrategia que encontró el movimiento para afianzar este modelo de organización comunitaria. Publicaciones como “Barrios, con S, porque no andamos solos por ahí”, “Nuestra cabeza piensa donde nuestros pies caminan”, “Ningún Pibe nace chorro” y “¿Por qué no van a laburar?” dan cuenta de esto.

Con el transcurrir de los años, este modelo de organización popular y comunitaria incorporó un nuevo eje estratégico: el desarrollo de líneas de investigación-acción participativa e indicadores populares.

Así, para mostrar el impacto de la economía en los sectores más vulnerables, se creó el Índice Barrial de Precios, midiendo la variación de precios en miles de comercios de los barrios populares.

 

Con el apoyo de profesionales de la investigación social, esta herramienta estadística adquirió un alto nivel de confiabilidad y validez, aportando datos rigurosos sobre la realidad de los sectores más pobres de nuestro país. Por otro lado, en los últimos años, el Indicador Barrial de Situación Nutricional se constituyó en una herramienta fundamental para insertar en la agenda pública la situación de malnutrición que viven miles de niñes y jóvenes que asisten a comedores comunitarios. Compañeras y compañeros organizades en el área de Salud Colectiva comenzaron a medir y tallar a niñes y jóvenes de 0 a 18 años, asistentes a los comedores comunitarios, elaborando un percentil y realizando un seguimiento semestral de su situación nutricional.

PEDAGOGÍAS EN MOVIMIENTO

Nuestra perspectiva pedagógico política es la de la educación popular. Esto quiere decir que además de construir relaciones más dialógicas y democráticas frente al saber en nuestros trayectos formativos, en primer lugar, estos tienen un objetivo político claro: desnaturalizar y deconstruir las injusticias y violencias, para generar mayor organización comunitaria que posibilite la transformación social.

Entonces, la Educación Popular cobra un sentido estratégico para el fortalecimiento mismo de Somos – Barrios de Pie enriqueciendo la organización popular y para la consecución de sus objetivos políticos. Es en este marco que se desarrollan nuestras “Pedagogías en movimiento”.

Experiencias educativas que son del movimiento, para y por el movimiento, articulando un entramado complejo de objetivos políticos, experiencias organizativas y realidades territoriales. Que a su vez, generan un movimiento pedagógico hacia la sociedad, mediante las iniciativas de transformación social.

 

Quienes somos parte del movimiento Somos – Barrios de Pie nos capacitamos, nos especializamos, porque queremos transformar la realidad de nuestros barrios. Eso le da un valor a nuestra acción política, porque no solamente denunciamos las injusticias, sino que las estudiamos y desentrañamos las causas, describimos esa realidad con rigurosidad, elaboramos y ponemos en práctica propuestas de políticas públicas de transformación.

El concepto de “Pedagogías en movimiento” es toda una definición político-pedagógica para nosotrxs. Condensa el rol que tiene la E.P. en los procesos de construcción de conocimiento y de transformación social, como así también, enmarca el rol que tienen estas otras lógicas de vivir en sociedad en las disputas más amplias frente a los sistemas de opresión, exclusión y dominación. Hay todo un un sentido pedagógico en las disputas de sentidos, porque así como el eurocentrismo y las lógicas del mercado del capitalismo en general y del neoliberalismo en particular han colonizado nuestras mentes, nuestros cuerpos, generando las condiciones para su propia reproducción, los otros sentidos, construidos al calor de las luchas y de la organización popular pueden tener la capacidad de saberse contrahegemónicos y empoderarse en el debate de ideas.

POTENCIAR Y VISIBILZAR EL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA POPULAR

El advenimiento del Neoliberalismo (en tanto modelo económico, social y político) y el desarrollo del capitalismo financiero han generado estragos en nuestras sociedades: sintéticamente podemos decir que por un lado han generado una hegemonía de sentido según el cual los entramados comunitarios no son necesarios, implantando ideas individualistas y por otro, han generado mayor concentración económica. Si estos factores les sumamos los efectos de la globalización y de los avances tecnológicos para la producción, nos encontramos con la destrucción de millones de puestos de trabajo. En resumidas cuentas, una gran parte de nuestra población se vio sumergida en contextos de exclusión y pobreza estructural.

 

En los márgenes del mercado, surge la Economía Popular, como una estrategia de los sectores populares de resistencia a la exclusión, para construir nuestro propio trabajo y para mejorar nuestras condiciones de vida. Construimos redes de cuidados comunitarios para hacerle frente a la vulneración de derechos.

Las compañeras y compañeros que construyen a diario y participan de las áreas temáticas de Somos – Barrios de Pie son trabajadorxs de la Economía Popular. Realizan trabajos de cuidados comunitarios que son imprescindibles para sus comunidades, sosteniendo redes de cuidados para que quienes habitan los barrios populares mejoren sus condiciones de vida.

Es decir: sin los apoyos escolares que llevamos adelante en nuestros comedores y merenderos, probablemente muchxs niñxs tendrían aún más dificultades para sostener sus trayectorias escolares; sin lxs promotoras de géneros y disidencias, muchas mujeres y disidencias no tendrían el acompañamiento necesario en las situaciones de violencias por motivos de géneros; sin lxs promotorxs de salud colectiva, probablemente, muchas personas no tendrían la información necesaria para acceder al sistema de salud pública.

Estos trabajos, hoy están altamente precarizados y venimos articular un conjunto de acciones para dar una fuerte disputa política y de sentido, para que estos trabajos sean reconocidos y gocen de todos los derechos que les corresponden: salario digno, obra social, vacaciones, aguinaldo. Todos estos trabajos de cuidados son altamente productivos, pues garantizan una parte de la reproducción de capital, pero son altamente invisibilizados, precarizados y feminizados. Pero cuando decimos que luchamos por la valorización y el reconocimiento de estos trabajos, no queremos decir que queremos ser parte del mercado que nos excluyó y no pretende incluirnos, tenemos un objetivo estratégico: queremos construir otra economía, una economía que abandone la obsesión por la acumulación del capital y el consumismo, para construir una economía que ponga el trabajo y el cuidado de la vida en el centro, con el objetivo de vivir en condiciones dignas y en pleno ejercicio de nuestros derechos. Por eso, hablamos de “trabajos de cuidado”, porque tienen un valor claramente productivo en el sentido de garantizar la “sostenibilidad de la vida”, es decir, sostener y mejorar las condiciones en las que viven las personas. Y, en el caso particular nuestro, de las organizaciones sociales, estos trabajos de cuidado se dan en el plano comunitario, mediante la organización política.

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