JUSTICIA HÍDRICA ES JUSTICIA SOCIAL
En un marco global de crisis climática y ambiental, que pone en riesgo la vida misma en nuestro planeta, es sustancial la defensa del agua como un bien común ante las actividades extractivistas y la privatización de la misma. La desigualdad social en el acceso al agua potable y la injusticia, en tanto uso y apropiación de la misma por parte de corporaciones extractivistas, mientras que pueblos, comunidades y barrios populares sufren su ausencia, no puede darse lugar.
Numerosos barrios populares y comunidades, no solo vivencian la falta de acceso al agua potable, sino también la contaminación de arroyos y ríos por parte de industrias o multinacionales que no se hacen cargo de sus residuos. Son los trabajadores de la Economía Popular quienes se ponen al hombro la limpieza de los arroyos y ríos, intentando mejorar la calidad socioambiental de los barrios que se sitúan en sus alrededores.
Es importante denunciar también la privatización de los bienes hídricos como es el caso del Lago Escondido donde el magnate britanico J.Lewis, no sólo impide el paso al lago, sino que utiliza la fuerza para reprimir sobre quienes intentan acceder al derecho de uso común.
Por eso decimos que para que haya justicia social debe haber también justicia hídrica, garantizando la distribución del agua como un derecho humano, su uso común y el cuidado de los ecosistemas como los humedales, frente a quienes pretenden apropiarse de la misma, la contaminan o destruyen sus reservorios en beneficio propio y aumento de riquezas.