Nota de opinión por Facundo Sanseverino, equipo de Investigación de la Universidad Popular
El 2021 encuentra a la Tierra en medio de una pandemia global, producida por un virus de origen zoonotico como consecuencia de la destrucción de ecosistemas debido al avance de la frontera extractivista. Si bien la atención de la mayoría de los Estados y sociedades esta puesta y con toda razón en la Salud de los humanos de la Tierra, es necesario darle un giro a esta visión antropocéntrica, hacia un eje biocentrico, que por supuesto incluya al ser humano, no como el factor a eliminar o problema a resolver, como muchas visiones conservacionistas y naturalistas insinúan por extremo, sino como el garante de la sostenibilidad de la vida en la Tierra y produciendo sociedades articuladas mediante cuidados comunitarios.
Este giro biocentrico, y en este contexto particular, es necesario no por supuestos teóricos, sino por la relación realmente existente entre el ambiente y la salud humana, entre la biodiversidad y la salud humana, entre la naturaleza y la salud humana, entre las formas de producción económicas y la salud humana, así como otras tantas relaciones interdependientes, que hacen al cuidado de la naturaleza y el ambiente (o por supuesto su descuido), una cuestión estratégica de Salud Pública.
Es necesario resaltar que tenemos que dejar de lado la idea de que la humanidad es el virus de la Tierra y poner en discusión quienes y que sistema es el responsable de su deterioro, de los niveles de pobreza, de la contaminación, de los incendios forestales, de la falta de acceso a derechos tan básicos como el agua potable y por supuesto de los causantes de esta pandemia. Vivimos en un sistema completamente irracional donde conviven tecnologías de punta al mismo tiempo que millones de niñxs viven en extrema pobreza.
Quienes sostienen los hilos del poder politicoeconomico global, con sus derivados regionales y locales, ni siquiera en un momento de crisis sanitaria, son capaces de hacer a un lado la acumulación de ganancias en la producción de vacunas y liberar las patentes para una más rápida y menos costosa salida de la pandemia. Es criminal.
No es la Humanidad, como un ente abstracto, el problema, sino el sistema de extracción y acumulación capitalista, la razón de que estemos al borde del colapso y la extinción.
Existen números ejemplos de solidaridad, acciones comunitarias, cooperativas que hacen posible pensar en otra forma de relacionarnos con la Tierra y con nosotrxs mismxs. La sostenibilidad de la vida en la Tierra, el cuidado del otro y el vivir bien, deben ser los ejes que articulen los lazos sociales, las comunidades y las políticas públicas de los Estados.